El Día Mundial del Derrame Cerebral subraya la importancia de actuar rápido ante los síntomas y controlar el estrés, un factor creciente que puede contribuir al riesgo de ictus
El Día Mundial del Derrame Cerebral, que se conmemora cada 29 de octubre, busca concienciar sobre la prevención, los síntomas y el tratamiento de una de las principales causas de discapacidad y muerte a nivel mundial. Este año, los expertos enfatizan la importancia tanto de reconocer los signos tempranos del derrame cerebral como de gestionar el estrés, un factor que afecta gravemente la salud cardiovascular, especialmente en tiempos de crisis y eventos políticos como las elecciones presidenciales en EE. UU.
Cada 40 segundos, alguien sufre un derrame en Estados Unidos, y cada 3 minutos y 11 segundos una persona muere a causa de este evento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Dado que cada minuto sin tratamiento aumenta el daño cerebral, actuar con rapidez es fundamental.
¿Qué es un derrame cerebral o ictus?
El término “derrame cerebral” es la forma más conocida de referirse al ictus, una emergencia neurológica que ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve interrumpido, provocando la muerte de células cerebrales.
Existen tres tipos principales de derrames:
- Isquémico: Es el más frecuente (87 % de los casos) y ocurre por la obstrucción de un vaso sanguíneo.
- Hemorrágico: Se produce cuando un vaso sanguíneo débil se rompe, causando sangrado en el cerebro.
- Ataque Isquémico Transitorio (AIT): Conocido como “mini derrame” o “derrame de advertencia”, es un bloqueo temporal del flujo sanguíneo que puede ser un aviso de futuros episodios más graves.
Actúa con rapidez: Aprende BE FAST
El Dr. Paul Kostoulakos, director del Programa de Ictus en Southern Ocean Medical Center, recuerda que el tiempo es esencial para minimizar las secuelas de un derrame cerebral. Recomienda seguir el acrónimo BE FAST para detectar los síntomas:
- Balance (Equilibrio): ¿Tiene la persona problemas para mantenerse en pie?
- Eyes (Ojos): ¿Está sufriendo pérdida de visión o visión doble?
- Face (Cara): ¿Un lado de la cara parece caído al intentar sonreír?
- Arms (Brazos): ¿Puede levantar ambos brazos o uno de ellos cae?
- Speech (Habla): ¿La persona tiene dificultad para hablar o su discurso es incoherente?
- Time (Tiempo): Si observas alguno de estos síntomas, llama al 911 de inmediato.
“Buscar ayuda de inmediato es clave”, explica el Dr. Kostoulakos. “Incluso si los síntomas parecen menores, es fundamental acudir a un centro especializado, ya que los tratamientos trombolíticos como la tenecteplasa (TNK) y alteplasa solo son eficaces si se administran dentro de las primeras 4.5 horas”.
Estrés: Un enemigo silencioso
Este año, los expertos también ponen el foco en la relación entre el estrés crónico y los accidentes cerebrovasculares. “El estrés no causa un derrame cerebral directamente, pero desencadena factores de riesgo como hipertensión, obesidad, diabetes y trastornos del sueño”, explica el Dr. Colum Amory, neurólogo vascular y director de ictus en el Hackensack University Medical Center.
La liberación constante de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca, poniendo al cuerpo en un modo constante de “lucha o huida”. Esta respuesta, que sería útil en una situación de peligro inmediato, puede volverse peligrosa cuando se prolonga, aumentando las probabilidades de eventos cardiovasculares y derrames cerebrales.
Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, muchas personas experimentan niveles elevados de ansiedad. De hecho, el 69 % de los estadounidenses asegura que las elecciones les generan un fuerte estrés. Este tipo de tensión, sumada a los desafíos económicos y sociales actuales, puede empeorar la salud física si no se gestiona correctamente.
Consejos para reducir el estrés y proteger la salud
El Dr. Amory recomienda adoptar hábitos saludables para mitigar el impacto del estrés:
- Meditación y mindfulness: Ayudan a relajar la mente y romper el ciclo del estrés.
- Terapia y apoyo psicológico: Hablar con un profesional permite identificar cómo se manifiesta la ansiedad y cómo gestionarla de forma eficaz.
- Evitar el “doomscrolling”: Pasar horas en redes sociales puede aumentar la ansiedad y robar tiempo para el ejercicio.
- Controlar la alimentación emocional: Evitar el consumo excesivo de alimentos poco saludables, que puede llevar al aumento de peso, diabetes y presión alta.
“El estrés puede convertirse en un ciclo peligroso”, advierte Amory. “Si lidiamos con la ansiedad a través de hábitos poco saludables, como comer en exceso o no hacer ejercicio, aumentamos el riesgo de ictus y otros problemas cardiovasculares”.
Este 29 de octubre, los expertos invitan a la población a recordar que prevenir un derrame cerebral está en nuestras manos. Aprender a reconocer los síntomas tempranos y adoptar hábitos saludables para gestionar el estrés puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Para más información sobre la prevención y el tratamiento del derrame cerebral, visita: Hackensack Meridian Health.