Muchas personas interrumpen el uso de los medicamentos o reciben dosis más bajas, lo que reduce su efectividad
Un estudio de la Cleveland Clinic, publicado en la revista Obesity, encontró que los medicamentos inyectables más conocidos para tratar la obesidad, semaglutida y tirzepatida, tienen un impacto menor en el peso de los pacientes cuando se usan fuera de los ensayos clínicos. La razón principal: muchas personas interrumpen el tratamiento antes de tiempo o reciben dosis más bajas que las recomendadas.
Semaglutida y tirzepatida —comercializados bajo nombres como Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound— son fármacos aprobados para la diabetes tipo 2 y el control del peso. Aunque en los estudios clínicos han mostrado resultados positivos, este nuevo análisis revela que en la vida real su efectividad puede disminuir considerablemente.
El equipo investigador analizó los datos de casi 8,000 adultos con obesidad severa, la mayoría con un índice de masa corporal (IMC) superior a 39. Algunos también tenían prediabetes, una condición que eleva el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Los resultados muestran que:
- El 20% de los pacientes abandonó el tratamiento en los primeros tres meses.
- Otro 32% lo interrumpió entre los tres y doce meses.
- Más del 80% de los pacientes estaba usando dosis de mantenimiento más bajas que las recomendadas.
Después de un año:
- Quienes dejaron el tratamiento temprano bajaron en promedio un 3.6% de su peso.
- Los que lo abandonaron más tarde bajaron un 6.8%.
- Los que continuaron bajaron un 11.9%, y si además usaron dosis altas, llegaron hasta un 18% con tirzepatida.
La investigación también encontró que los pacientes que no interrumpieron el tratamiento, especialmente las mujeres y quienes usaron tirzepatida, tuvieron más probabilidades de perder al menos un 10 % de su peso, considerado un cambio significativo para la salud.
Además, entre los pacientes con prediabetes, quienes mantuvieron el tratamiento lograron con más frecuencia normalizar sus niveles de azúcar en sangre. En cambio, quienes abandonaron temprano tuvieron peores resultados.
Las principales razones por las cuales las personas dejaron de usar los medicamentos fueron el costo, problemas con el seguro, efectos secundarios y la escasez del producto. La Cleveland Clinic ya trabaja en un estudio adicional para entender con más detalle estos motivos.
Pese al abandono, los investigadores notaron que muchas personas no volvieron a ganar el peso perdido, lo que sugiere que quizás estaban aplicando otras estrategias para controlar su salud. Esa parte también será objeto de análisis futuros.
Este estudio aporta una mirada realista sobre el uso de estos tratamientos para la obesidad y sus verdaderos efectos fuera del entorno controlado de los ensayos clínicos.