Una subvención de Direct Relief impulsa el acceso a servicios psicosociales en comunidades vulnerables de la isla
SAN JUAN, Puerto Rico – En un paso trascendental hacia la equidad en el acceso a la salud mental, la Universidad Albizu inauguró hoy su primera Unidad Móvil de la Clínica de la Albizu, convirtiéndose en la primera institución en Puerto Rico en contar con un recurso de este tipo. El proyecto, financiado con una subvención de 325 mil dólares otorgada por la organización humanitaria Direct Relief, está diseñado para llevar servicios psicosociales a las comunidades más vulnerables del archipiélago.
La unidad móvil permitirá extender el alcance de las Clínicas Albizu ubicadas en San Juan, Comerío y Caguas, llevando evaluaciones psicológicas, intervenciones terapéuticas, apoyo emocional e intervenciones grupales a sectores con acceso limitado a estos servicios. Esta iniciativa busca impactar directamente a más de 500 personas durante los próximos seis meses, especialmente en zonas que enfrentan crisis sociales, desastres naturales o escasez de profesionales de salud mental.
Además de atender a la población, el proyecto representa un hito académico: ofrecerá a los estudiantes de psicología de la Universidad Albizu la oportunidad de realizar sus prácticas clínicas en un entorno comunitario real, enriqueciendo su formación profesional y fomentando una visión de servicio comprometido con el país.
“Esta unidad es un paso importante en nuestra misión de garantizar el acceso a servicios de salud mental en Puerto Rico a través de las Clínicas de la Albizu”, expresó el doctor Nelson E. Soto, presidente de la universidad. “Agradecemos a Direct Relief por su apoyo incondicional, que nos permitirá llevar ayuda a comunidades en situación de vulnerabilidad y emergencias, y al mismo tiempo, ofrecer a nuestros estudiantes experiencias prácticas que enriquecen su desarrollo profesional”.
La licenciada Ivonne Rodríguez-Wiewall, asesora ejecutiva de Direct Relief en Puerto Rico, destacó la relevancia del proyecto en el contexto de salud mental postpandemia y frente a las múltiples emergencias que han afectado a la isla en los últimos años:
“El acceso a la salud mental es una necesidad fundamental para nuestra sociedad y en Direct Relief estamos comprometidos en fortalecer y expandir el acceso a estos servicios esenciales. Esta colaboración refleja cómo podemos generar un impacto positivo en comunidades vulnerables, fomentando también la formación de nuevos profesionales”.
La Unidad Móvil de la Clínica de la Albizu funcionará como una extensión de las clínicas universitarias, ofreciendo servicios en comunidades y reforzando las redes de salud mental existentes. Su diseño contempla tanto espacios individuales como grupales, para garantizar la confidencialidad y el acompañamiento terapéutico efectivo.
“Esta clínica rodante será una gran oportunidad de práctica para nuestros estudiantes y fortalecerá la red de clínicas comunitarias de nuestra universidad cumpliendo así con nuestra misión de estar presentes más allá de la educación en las aulas, en la calle con nuestra gente, que tanto necesita los servicios de salud mental”, expresó el doctor Julio Santana Mariño, rector del Recinto de San Juan.
Comprometidos con la salud emocional de Puerto Rico
La Universidad Albizu, con 58 años de trayectoria académica, se ha consolidado como una institución líder en la formación de profesionales en psicología, patología del habla y lenguaje, y terapia del habla. Sus programas cuentan con acreditaciones nacionales, incluyendo la APA y la ASHA, y sus clínicas universitarias atienden a más de 15,000 pacientes anualmente.
Por su parte, Direct Relief ha canalizado desde 2017 más de $138 millones en donaciones de medicamentos, equipo médico y subvenciones en Puerto Rico, fortaleciendo el ecosistema de salud a través del respaldo a organizaciones locales.
Con esta nueva Unidad Móvil, ambas entidades suman esfuerzos para responder a una necesidad urgente: la salud mental como un derecho accesible para todas y todos. Esta alianza se convierte en un modelo de colaboración efectiva entre la academia y el sector humanitario, con un enfoque en la acción directa, la formación de profesionales y la construcción de comunidades más resilientes.